La «Senda de los Cortados» discurre a las orillas del Pisuerga, en la zona donde el río circula más próximo a los paramos que se levantan junto a la localidad vallisoletana de Cabezón de Pisuerga
En ocasiones no hace falta separarse mucho de las ciudades para encontrar recorridos con encanto y que jamás hubiésemos pensado que podríamos encontrar tan cerca de casa. Así ocurre con el itinerario que hoy vamos a proponer y que recorre los Cortados del Pisuerga, partiendo de la localidad de Cabezón de Pisuerga, a tan solo 12 kms. de Valladolid.
Entre las distintas opciones para conocer estos singulares parajes, nosotros vamos a escoger la que parte de la zona más próxima al puente romano. Así pues, cruzando dicho puente de norte a sur, en la misma entrada al casco urbano, tomaremos la primera calle a mano izquierda (calle Bastas). Normalmente al principio mismo de esa calle, en su margen izquierdo, podremos encontrar sitio para aparcar nuestro vehículo.
Remontando ya a pie el trazado asfaltado, tomaremos el segundo desvío a mano izquierda, por la Calle Altamira que empieza a coger algo de pendiente, dejando ya el asfalto para dar paso a un tramo con firme de piedra. Llegaremos pronto al lugar donde termina la pista, junto a unos depósitos (a nuestra derecha) y unos chalets (a la izquierda). Bordeando el último chalet por su flanco más próximo a la montaña veremos un bonito sendero horizontal en sus primeros metros que sale hacia el noreste, sendero que vamos a seguir.
El nombre de la ruta se debe a las verticales paredes que el río ha ido tallando en su discurrir por este valle, conformando verticales cortados, que contrastan con la planicie castellana. La ruta transita en estos primeros metros por la falta de la montaña entre zonas de pinos, con pequeñas rampas que hacen que se haga más entretenido.
Al cabo de unos 2 kilómetros saldremos a un claro, donde veremos un camino que sale hacia la derecha (este), en busca de la montaña y que no seguiremos. Nuestra ruta sigue recta, ahora en descenso hasta llegar a la parte baja de una vaguada (2,5 kms), donde afrontaremos una breve pero empinada bajada que nos deja muy cerca de la orilla del rio Pisuerga.
El camino está muy marcado, de modo que no tiene pérdida. Poco a poco va cogiendo altura paralelo al curso del Pisuerga hasta confluir poco más tarde con una ancha pista (km. 3.5, aproximadamente 60 minutos desde el inicio). Este es un punto clave en nuestro recorrido, que podremos recordar fácilmente puesto que junto al camino hay unas secciones de unos grandes tubos de hormigón. A nuestro regreso desde aquí seguiremos la pista que sube hacia la parte alta de los cortados de Cabezón. Sin embargo, todavía nos quedan muchas cosas por ver, con lo que ahora en vez de subir por la pista descenderemos un tramo por ella hasta llegar a una zona terreno llano. Tendremos que estar atentos aquí para coger un estrecho sendero que sale de la pista hacia la derecha (km 3.8) y que rápidamente va cogiendo altura en busca de la falda de la montaña. La senda sigue por sus laderas entre pequeñas subidas y bajadas hasta desembocar nuevamente en una pista, la cual remonta hasta llegar a su punto más alto (km 5 de nuestro recorrido), lo que nos ofrecerá una impresionante vista hacia el noreste sobre los cortados de San Martín de Valvení. Ya que estamos aquí merece la pena transitar por el sendero que discurre por la orilla de los cortados para disfrutar del impresionante paisaje sobre el río Pisuerga.
Estamos en la zona más espectacular del recorrido, donde las paredes presentan una caída en vertical de más de 60 metros sobre el río Pisuerga, conformando un paisaje sorprendente
Desde el final de los cortados retornaremos un buen trecho por el mismo recorrido hasta el punto de la pista donde estaban las secciones de los tubos de hormigón. Ahora sí que nos tocará ascender por ese buen camino hasta lo alto de los cortados de Cabezón, donde tendremos que atravesar una puerta metálica y podremos, desde ese collado disfrutar de unas amplias y generosas vistas sobre el valle del Pisuerga. La pista desciende ahora hacia la vertiente este de la montaña, sin embargo nosotros en vez de seguirla, desde el collado tomaremos un marcado sendero que transita en horizontal hacia el sur, pegado a las faldas del cerro de la Peña (por su vertiente este). Llegaremos así a un nuevo collado, a partir del cual ya tomaremos el sendero que asciende en fuerte pendiente unos pocos metros y que luego nos llevará por terreno llano por la parte alta del páramo de Valdecastro, lo que nos permitirá disfrutar de unas magníficas vistas sobre el Pisuerga a su paso por Cabezón en un trazado muy entretenido. Llegaremos así hasta la parte final del páramo, donde se ubica el punto de salida de la Tirolina de Cabezón. Salvo que hayamos contratado previamente la bajada, nos tocará bajar a pie. Primero descenderemos hasta el collado que nos separa del Cerro de Altamira (en su punto más alto afirman que se ubicaba una torre defensiva para vigilar este particular enclave del valle del Pisuerga), y desde ese colladito tomaremos un marcado sendero que desciende hacia Cabezón (suroeste) y nos dejará poco después en el mismo punto de partida. El puente romano de Cabezón de Pisuerga nos recibe en nuestro camino de vuelta a esta localidad
Observaciones
- Ruta que no reviste dificultad, aunque en los tramos de los cortados hay que estar atento, pues el camino discurre muy próximo a las paredes verticales que se precipitan sobre el lecho del rio Pisuerga
Cómo llegar
A la ruta se accede desde la localidad de Cabezón de Pisuerga, situada a 12 kilómetros al norte de la capital vallisoletana.
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