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Distancia
04:00 h
Tiempo
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Amanece en Medina de Rioseco. Podría haber sido otro día más en esta importante villa de la Tierra de Campos castellana. Pero estamos a 14 de Julio del año 1808 y tres ejércitos acampados en las inmediaciones de la ciudad están a punto de enfrentarse en una de las batallas más sonadas de la Guerra de Independencia española. El bando español comandado por los generales García de la Cuesta y Joaquín Blake sufrió una estrepitosa derrota a manos de 14.000 soldados franceses dirigidos por el mariscal Jean-Baptiste Bessières. Una dura derrota para el ejército español con más de 3000 bajas en batalla y un verdadero desastre para Medina de Rioseco que fue saqueada por las tropas francesas. Testigo mudo de todo aquello fue la pequeña colina, “teso” como lo llaman por esta zona, del Moclín, que da nombre a aquella batalla. Tan importante fue esta victoria para los franceses, que está inscrita en su parisino Arco de Triunfo con el nombre de “M. de Rioseco”.

Cuarenta años más tarde de la batalla de Moclín se daban por finalizadas las obras del Ramal de Campos, uno de los tres tramos, junto con el Ramal Sur y el Ramal Norte, que dan forma a una de las obras de ingeniería hidráulica más ambiciosas de las realizadas en España entre los siglos XVII y XVIII. Esta espectacular infraestructura pretendía dotar de una vía de comunicación eficiente para transportar los cereales y sus derivados que producía la prospera meseta castellana. Cien años tardó en construirse y cien años estuvo en activo hasta que, los nuevos medios de transporte, en forma de tren y camiones, hicieron caer en el olvido a esas grandes barcazas que se usaban para el transporte de mercancías por el canal. El coqueto barco “Antonio de Ulloa” navega hoy en día por las aguas del Ramal de Campos recordando la figura del prestigioso ingeniero responsable de que esta obra se llevara a cabo.

Comenzamos la ruta en la Puerta de San Sebastián, construida en el siglo XVI en la época de máximo esplendor de Medina de Rioseco, la Ciudad de los Almirantes, así llamada desde que el almirante Alfonso Enríquez estableció su sede en esta villa. Caminando hacia el oeste y siguiendo la calle Raúl Guerra Garrido llegamos al parque la Concha y la Dársena del Canal de Castilla, punto donde termina el Ramal de Campos. Allí nos encontramos con el enorme edificio de la Antigua Harinera San Antonio y es muy posible que veamos el Barco “Antonio de Ulloa” amarrado en la orilla opuesta. Giramos hacia el norte y caminaremos ahora por la agradable y sombría orilla del Canal de Castilla durante dos kilómetros. Llegamos de esta manera al Puente Villalón donde dejaremos la grata compañía de las aguas del canal y nos dirigiremos hacia el este en busca del teso del Moclín.

El Ramal de Campos del Canal de Castilla permitió a la comarca de la Tierra de Campos sumarse a la Revolución Industrial del siglo XIX. Medina de Rioseco se convirtió, gracias a esta espectacular obra de ingeniería, en centro de recepción y distribución de mercancías gracias a las grandes barcazas que recorrían esta vía de comunicación acuática. De esta manera se podía enviar de manera eficiente la mercancía producida en esta comarca, sobre todo cereales y sus derivados, hacia el norte de España y los puertos del mar Cantábrico

Unos metros antes del Puente Villalón una señal de “calle sin salida” (curioso cuando menos encontrársela en un paraje así) y otra del Camino de Santiago nos invitan a girar a la derecha (este) y unos metros después cruzaremos la carretera VP-4504 para seguir una pista señalizada por dos grandes mojones de piedra en los que se puede leer “Coto de la Vega”. Caminamos por la pista en dirección noreste hasta encontrar un moderno acueducto que nos servirá de guía hasta llegar a la carretera VA-913. En el trayecto pasaremos por encima de un pequeño arroyo y el selvático Río Sequillo, en el que será fácil sorprender algún pájaro despistado entre toda la vegetación que tapa este tramo del río. Llegados a la carretera VA-913, la cruzamos con mucha precaución y buscamos en el lado opuesto un sendero que nos lleva al camino que va paralelo al canal hasta otro puente y una gran balsa de agua.

En este punto seguimos una buena pista en dirección este que nos subirá de manera muy suave al páramo donde está el teso del Moclín, que a ratos se nos aparece lejano en el horizonte difícil de distinguir. Un rato antes de las últimas rampas pasaremos por al lado de la Fuente de la Cañuela y un último esfuerzo nos lleva a lo alto del páramo, desde el que ya vemos perfectamente, hacia el sur, el vértice geodésico que corona el alto del Moclín.

Nos enfrentamos ahora a la parte más “técnica” del recorrido pues habrá que buscar el paso, entre las tierras de cultivo, que nos lleve hasta el punto más alto de este páramo. Debemos prestar especial atención al track propuesto en épocas en las que los cultivos estén en pleno apogeo y deberemos transitar por las lindes de las tierras evitando pisar las plantas y hacer el menor daño posible. Cosa que podremos obviar si las tierras ya han sido cosechadas y podremos trazar un itinerario más directo. En cualquier caso, el recorrido es evidente y sigue los límites de los cultivos hasta llegar a la inclinada rampa final que nos llevará a este magnífico mirador de la Tierra de Campos. Estamos en el Moclín y la panorámica es toda una delicia para los sentidos. Hacia el sur podemos ver los paramos cubiertos por los olivares de Valdecuevas, al este Medina de Rioseco con la puntiaguda torre de Santa María apuntando hacia el cielo, Berrueces, Moral de la Reina, Villanueva de San Mancio, Belmonte, Castil de Vela, Boada, Torremormojón, Palacios de Campos, Montealegre, Valdenebro de los Valles y, si el día es claro, las cumbres de la Cordillera Cantábrica y los Montes de León a más de 100 kilómetros de distancia.

El punto más alto del teso donde se yergue el vértice geodésico del Moclín fue testigo mudo de la batalla librada entre Españoles y Franceses durante la guerra de Independencia española. Es inquietante sentarse en este fantástico mirador e imaginar el horror que se debió vivir en aquella batalla y posterior saqueo de Medina de Rioseco. Suerte que a día de hoy en estos campos solo se desarrollan batallas como las de los agricultores por conseguir la mejor cosecha posible y las de la vista del caminante por alcanzar la mayor lejanía posible en este horizonte infinito.

Después de disfrutar de este lugar histórico, imaginando la cruenta batalla que se desarrolló en sus laderas, iniciamos la vuelta hacia Medina de Rioseco. Para ello seguiremos la ancha pista, por la que discurre el antiguo GR-26 “Tierra de Campos”, hacia el oeste. Flanqueados por pequeños almendros llegaremos a la bajada del páramo al valle del arroyo de las Mansillas. En el fondo del valle nos encontraremos la fuente de Valdepreñá, así llamada porque decían en Rioseco que las mozas que bebían de ella quedaban embarazadas, con su agua fresca ideal para refrescarse los días de calor. Poco a poco vamos viendo las torres de las iglesias de Medina de Rioseco cada vez más grandes y sin darnos cuenta llegamos al Cementerio, que anuncia nuestra llegada al pueblo. Allí, a su lado, encontramos otra gran fuente, llamada el Cañico.

Volvemos a cruzar el Río Sequillo y vale la pena, antes de terminar la ruta, dar un pequeño paseo por el casco urbano de la Ciudad de los Almirantes. Siguiendo el track propuesto pasaremos por la iglesia de Santiago, la de Santa Cruz, donde está el Museo de la Semana Santa, la pintoresca y animada calle Mayor y la espectacular Iglesia de Santa María con su altísima torre desafiando los cielos de la Tierra de Campos y donde se custodia una piel de cocodrilo que da lugar a una leyenda que podréis leer en un cartel en la calle Mayor. Sin darnos cuenta estamos de vuelta en la Puerta de San Sebastián después de un recorrido por la historia de esta zona de Castilla que tanto tiene que contar. Espero que os haya gustado.

Observaciones

  • Si no se quiere realizar toda la ruta circular y sólo se quiere ir de la manera más sencilla posible al Moclín, la opción más rápida y sencilla es seguir el antiguo GR-26 “Tierra de Campos” desde el Cementerio de Medina de Rioseco donde encontraremos un panel de la ruta.
  • El páramo de Buenaventura, al sur del Moclín, tiene algunos senderos que lo rodean por sus laderas, curiosos rincones y buenas vistas de Medina de Rioseco, Palacios de Campos y Valdenebro de los Valles. Pueden ser un buen complemento para los que deseen seguir caminando después de subir al Moclín.
  • “Desde hace unos años la ciudad se ha consolidado como un referente en la restauración, conservación del ingente patrimonio histórico-artístico que atesora y un lugar idóneo para disfrutar del arte, la naturaleza y el ocio”. Podéis encontrar más información en la página web de Turismo de Medina de Rioseco: https://turismo.medinaderioseco.org/historia

Cómo llegar

Medina de Rioseco es una localidad de la provincia de Valladolid en la comarca de la Tierra de Campos. Esta villa está enclavada en un nudo de carreteras que nos permite llegar desde multitud de lugares. Citaremos los accesos más importantes. Podemos llegar por el sur siguiendo la N-601 desde Valladolid, por el este siguiendo la C-612 desde Palencia, por el norte siguiendo la N-601 desde León y por el oeste siguiendo la C-519 podemos venir de la Autovía N-VI que une Tordesillas y Benavente.

Autor

Escrito por Vidal Rioja
Vidal Rioja es uno de los montañeros más activos y mediáticos de Castilla y León. Su página web http://aesgalla.blogspot.com.es es conocida y visitada por los aficionados a la montaña de todo el país y a través de ella, nos cuenta de forma desenfadada sus miles de aventuras. Es uno de los mejores conocedores de la Cordillera Cantábrica y, en particular, de la Montaña Palentina, trazando cada día nuevas propuestas de itinerarios a pie, esquiando, en bicicleta o escalando. Es además, colaborador de las revistas Grandes Espacios, Desnivel y Peña Torquilla aportando siempre interesantes rutas por sus queridas montañas.

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