Rocío Carranza y Manuel Martín se convierten en los primeros montañeros en alcanzar la categoría de bronce en la tercera edición del Trofeo de Cumbres de Castilla y León, El Cainejo
Ya sea como parte de los preparativos antes de afrontar un reto aún mayor, cuestión de superación personal, por el mero hecho de disfrutar de las cimas más representativas de la comunidad o simplemente una mezcla de todos estos factores, el Trofeo de Cumbres de Castilla y León se ha convertido en una experiencia que cada vez más personas se animan a intentar.
Rocío Carranza y Manuel Martín -dos apreciados miembros del Club de Montaña y Escalada Ojanco de Valladolid- se atrevieron en enero a comenzar este reto que cada año lleva a decenas de montañeros a descubrir la geografía de Castilla y León. Fue con la idea de prepararse para un viaje a Perú, pero el gusanillo de ir completando el mayor número posible de las 30 cimas del listado les ha llevado a convertirse, desde hace pocos días, en los primeros en alcanzar la categoría de ‘Bronce’.
Tras superar en menos de siete meses 22 de las 30 cimas propuestas por el jurado del Trofeo, Rocío y Manuel ya solo piensan en continuar hasta conseguir pisar al menos 27 picos que les permita lograr la categoría ‘Oro’ o, al menos, los 25 que fijan la ‘Plata’. Pero antes de pensar en el futuro, toca echar la vista atrás para valorar lo que han conseguido hasta el momento.
Los dos montañeros del Ojanco, que salvo una -La Serrota- han completado todas las ascensiones juntos, cuentan que para llevar ya más de la mitad de las cimas propuestas «hemos salido casi todos los fines de semana a la montaña y, en algunas ocasiones, hemos podido hacer incluso ascensiones diferentes el sábado y el domingo». Y es que, echando cuentas, en total ya acumulan más de 280 kilómetros de rutas por el monte, 23.000 metros de desnivel, 100 horas de actividad y un sinfín de kilómetros en coche. «Cuando ves los datos asustan», reconoce Manuel, quien con este proyecto ha descubierto rutas que no conocía y otras, como el Castro Valnera invernal, que piensa repetir sin ninguna duda.
Rocio, que va camino de convertirse en la tercera mujer en completar el Trofeo, admite que «está siendo una experiencia muy bonita y que en su cabeza solo está la idea de acabarlo». Además, para aquellas personas que se estén iniciando «lo recomendaría al 100%». «Vas recorriendo zonas que ni siquiera te plantearías, te ayuda a conocer toda la geografía de Castilla y León y a adquirir experiencia».
Tanto esfuerzo tiene su recompensa y es que «en cada cumbre ha caído una cerveza arriba», admiten. Pero no todo ha sido un camino de rosas. En algunas ocasiones también han tenido que darse la vuelta en el último momento por las inclemencias meteorológicas y, una vez, según explican entre risas, un despiste les ha hecho tener que volver a subir cuando ya habían comenzado el descenso. «En el Cornón de Peñarrubia nos dimos cuenta bajando que no habíamos geolocalizado la foto de la cumbre y nos tocó volver a hacer la parte final de la subida», cuenta Rocío. «No creo que haya cometido ese error», recuerda, pero sí, finalmente «nos tocó volver a subir medio enfadados y ahora lo compruebo siempre antes de empezar a bajar».
Para concluir este reto aún les quedan cumbres de renombre como el Espigüete, Torre Santa o el Cerredo y «ahora no nos faltan acompañantes», admiten. «Incluso me encantaría hacer noche en la cumbre del Espigüete o el Cerredo, que tienen unos amaneceres espectaculares», apunta Manuel, quien tras superar una grave enfermedad estaría encantado de inscribir su nombre junto a al de su amiga Rocío en el palmarés de El Cainejo, que hasta el momento ha sido completado por 12 personas en categoría ‘Oro’, dos en ‘Plata’ y tres en ‘Bronce’.
Reglamento del Trofeo de Cumbres de Castilla y León
Merece la pena hacerlo 100% Es una experiencia grata, un reto de superación personal.
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