Escaladoras, corredoras, alpinistas, entrenadoras, organizadoras, senderistas, esquiadoras…. Las mujeres, como es lógico, también son una parte esencial en los deportes de montaña y hoy, aprovechando el Día Internacional de la Mujer, queremos conocer cómo perciben ellas el montañismo.

¿Existe realmente la igualdad en los deportes de montaña? ¿Han encontrado obstáculos por el hecho de ser mujeres? ¿Cómo ha evolucionado la sociedad en la montaña? Estas son algunas de las preguntas que nuestras protagonistas han tenido la amabilidad de responder.

Nuria Domínguez: Seleccionadora del área de Carreras por Montaña en la Fedme y corredora de la selección de Castilla y León

«Aunque a veces las barreras se hacen invisibles, he vivido momentos en los que me he encontrado con trabas. No quiero detenerme en los detalles, pero te das cuenta que esos frenos existen y en ocasiones ves que se siguen repitiendo. En otros casos me he encontrado con todo lo contrario; normalidad, y resulta fantástico».

«Esta desigualdad se da del mismo modo en muchos ámbitos de la sociedad», pero concretamente en los deportes de montaña «he visto como ha habido competiciones en las que los premios, en cuanto a número o cuantía, varían dependiendo del género». También ha percibido como «la aportación de la mujer en algunos casos queda en un segundo plano», aunque admite que se está evolucionando al respecto.

«Principalmente he notado cambios en una mayor y mejor visibilidad de la mujer en muchos campos de los deportes de montaña. La mujer hoy ya está más presente en la coordinación y en la gestión de proyectos o en la ocupación de puestos de responsabilidad. En cuanto a la competición deportiva se está observando el aumento de participación y rendimiento de la mujer en diferentes modalidades».

Desde el punto de vista psicológico, Nuria ve a las mujeres «fuertes y motivadas» y personalmente, prefiere enfrentarse a estas desigualdades «con absoluta normalidad, desde la acción, la aportación y la construcción, con ilusión, sin rencor y con ganas de ir hacia adelante». Además señala que «la educación en tema de igualdad de género es muy importante en todos los ámbitos de la vida y representa un pilar que se ha de revisar, limar y dar forma».

Memé Alba: Alpinista

«Yo no me he encontrado obstáculos en la montaña, pero sí quizás alguna diferencia. En este aspecto estoy muy satisfecha y agradecida, porque siempre me he sentido arropada y apoyada», comenta. Para Memé no existe igualdad en los deportes de montaña «porque entre hombres y mujeres no hay igualdad en ningún ámbito», pero al menos «se va avanzando». «Físicamente está claro que somos diferentes, pero se debería pensar en personas, no en el género».

«Yo soy la segunda de siete hermanos, cinco chicas, y en mi casa nunca hemos sentido deferencias». «En la montaña claro que había obstáculos, pero con paciencia se han podido superar». «Hay que seguir trabajando con constancia e ilusión».

Memé observa que «cada vez hay más mujeres practicando deportes de montaña y la proporción se va equilibrando», aunque admite que quizás se está evolucionando algo más lento «porque ha sido históricamente un mundo de hombres». Luego también «está la mentalidad de algunos hombres con los que te cruzas…», concluye.

Eveline Feussner: Monitora y árbitra de marcha nórdica

«Yo creo que hemos evolucionado positivamente en la igualdad en todos los deportes». Además resalta que «vamos avanzando muy rápido en los últimos años». Eveline considera que «las personas cada vez están más predispuestas a practicar deportes de montaña» y que, afortunadamente, en la actualidad «nos da igual si son hombres o mujeres porque lo que realmente nos une es el deporte».

Ana Isabel Mártinez de Paz: Escaladora

«Aunque es incuestionable que en la sociedad ha habido grandes avances en cuanto a la equiparación de los derechos entre hombres y mujeres, también es evidente que esa igualdad efectiva en la vida diaria no siempre se da. Y el ámbito deportivo es un fiel reflejo de la sociedad».

«Por ejemplo, soy aficionada a salir a correr y a la montaña, y me gustaría poder hacerlo sola sin tener miedo a que se puedan meter conmigo por el hecho de ser una mujer», reivindica Ana Isabel, que ha sido capaz de alcanzar la cima del Pico Urriellu en un centenar de ocasiones.

«El deporte, en general, y los deportes de montaña , en particular, tienen un gran potencial educativo y pueden ser un modelo de cambio social para contribuir a promover la igualdad entre mujeres y hombres. Pero todavía existen diferencias importantes en cuanto a la participación y representación femenina en los distintos ámbitos de los deportes de montaña».

«Es fundamental promover la equidad en el deporte desde la educación y, a través de las distintas instituciones y organizaciones, como pueden ser las Federaciones de Montaña, clubes de montaña, técnicos deportivos, etc., teniendo en cuenta las diferencias existentes entre mujeres y hombres. Para que una persona, tanto hombre como mujer, se sienta atraída por un deporte, debe apreciar una faceta amable en ese deporte para iniciarse en él. Cuando su afición esté consolidada, es el momento de aceptar determinados retos.»

«En mi opinión, un deporte goza de buena salud cuando cuenta con una serie de “figuras” o referentes en los que se ven los deportistas de base y a los que quieren parecerse de alguna manera. Además, debe contar con una masa de deportistas de base practicantes, que sea suficiente para que de ella puedan salir las “figuras”. Cuando este sistema está en equilibrio, funciona correctamente y a lo largo del tiempo. Pero, para que comience a funcionar, es necesario aportar desde los distintos  organismos y federaciones todos los recursos imaginativos, humanos y económicos para que el proceso eche a andar y las deportistas que se inician, sobre todo las más jóvenes, tengan sus referentes».

«Actualmente, la presencia de la mujer en la montaña, en cualquiera de las modalidades deportivas, es mayor que en tiempos pasados, aunque sigue habiendo más hombres. Lo ideal es que cada uno, sea hombre o mujer, pueda hacer lo que realmente desea, independientemente de su género. Las motivaciones deben ser otras, deportivas o personales».

«Los inicios del montañismo tuvieron como protagonistas a hombres de un status social alto, acompañados por guías locales que, a pesar de su condición humilde, eran excelentes conocedores del terreno. Con el tiempo, acudieron a las montañas hombres de distintas condiciones sociales con una misma motivación, la conquista de las montañas.

«La llegada de las mujeres al montañismo o al alpinismo fue posterior y, siguió el mismo patrón que en el caso de los hombres. Primero acudieron mujeres de la aristocracia, o mujeres burguesas que veían en estas actividades de montaña una forma de descubrimiento y progresión personal».

«Hoy en día, la presencia de las mujeres en todas las modalidades deportivas de montaña va en un claro aumento. Y la mayor participación femenina en este mundo alpino ha provocado un cambio espectacular en la ropa de montaña específica para mujeres y en el equipamiento técnico: arneses, mochilas, calzado, etc. Hasta no hace demasiado tiempo, todo ese equipamiento era inexistente, lo que dificultaba, de manera considerable, la práctica femenina en los deportes de montaña». 

Nuria García: Alpinista

Nuria, afortunadamente, admite que no se ha topado con ningún obstáculo significativo por ser mujer en los deportes de montaña, aunque «a veces escuchas comentarios de sorpresa al encontrarte en cimas donde no se espera que hayas podido llegar». «En general, me he sentido muy a gusto compartiendo mi pasión con otras personas sean hombres o mujeres», explica.

«Nuria ha visto cómo muchas mujeres se han ido animando en la práctica de los deportes de montaña en los últimos tiempos. «Cuando empecé a ir a la montaña normalmente era la única chica en el grupo. No encontrabas muchas mujeres a las que le gustase la montaña y que quisiesen ir». «Esto ha cambiado mucho, ahora podemos ver grupos de mujeres subiendo una montaña y no por ello sentir miradas de sorpresa sobre ellas».

Alma de las Heras: Corredora de la selección de Carreras por Montaña de Castilla y León

«Llevo corriendo prácticamente toda la vida, desde que era pequeña en Zamora, con Teo -mi padre- y entrenábamos un montón de niños y niñas juntos. Después, con 14 años me fui a Valladolid, al Centro de Tecnificación de Río Esgueva, y allí nunca sentí que por ser chica me trataran distinto que al resto de mis compañeros».

«El atletismo es un deporte individual y muy sacrificado, que a la vez genera un fuerte sentimiento de grupo. Creo que eso iguala mucho a todos. La montaña añade un plus a ese esfuerzo y ese compañerismo que hace que la mezcla de naturaleza y carrera sean perfectas».

«Uno de los aspectos que más valoro en las carreras por montaña es que en las competiciones están equiparadas las distancias en todas las categorías, algo que en otros deportes ha costado mucho eliminar. «Después de acabar una maratón de montaña siento gran admiración por todas las personas que han llegado a meta, por eso no concibo que alguien valore distinto la carrera de una mujer que la de un hombre».

«Personalmente los medios de comunicación siempre me han tratado muy bien, pero tristemente todavía existen titulares donde solo aparecen los primeros clasificados masculinos o cuando profundizas en la noticia apenas se habla de las primeras mujeres. Siento que cuanto más importante es el medio y más se refiera a deportes mayoritarios esta diferencia se acrecienta, el deporte paradigmático es el fútbol que acapara toda la información, por supuesto el fútbol masculino, ¿existe otro?»

«Desde las federaciones de montaña se están llevando a cabo políticas de fomento del deporte femenino, son pequeños pasos pero importantes, para ir acabando poco a poco con las barreras. La democratización del deporte ha llevado aparejada el acceso de cada día más mujeres a la montaña y por ende a los deportes de montaña. Hace quince años, cuando viajas a Dolomitas, por ejemplo, y veías a mujeres solas por la montaña te llamaba la atención. Hoy esta práctica está más extendida, pero la equiparación está aún lejos de conseguirse».

«Aunque son muchas las mujeres que corren son menos las que se animan a competir, sobre todo en las largas distancias. Tampoco creo que sea un aspecto negativo, pero sí puede ser un punto donde incidir para facilitar el acceso de la mujer a la competición. Las guarderías en las competiciones son por ejemplo una buena medida, la visibilización en las redes sociales y en los medios de comunicación de las deportistas puede ser otro ejemplo, ya que cada vez tienen más nivel, están accediendo al mundo de la competición con mucho empuje y garra y pueden ser un modelo a seguir por otras mujeres».