La Sierra Segundera nos permite disfrutar de un paisaje modelado por el glaciarismo del cuaternario, que ha modelado el terreno formando amplios valles, magníficos circos glaciares y dejando un sinfín de lagos.
Nos vamos a las montañas zamoranas, en concreto al parque natural del lago de Sanabria. Uno de los rasgos que más define este parque son los vestigios que el glaciarismo del cuaternario ha dejado en su relieve, moldeando amplios y profundos valles, circos glaciares, rocas aborregadas, morrenas y un conjunto de más de veinte lagos.
El Lago de Sanabria, el «Mare Lacum», es mayor espacio lacustre origen glaciar de toda la península ibérica.
Por encima se levantan dos grandes sierras: al oeste la Segundera (dirección norte-sur) y al este (en dirección este-oeste), la sierra de la Cabrera, con cumbres que superan los dos mil metros de altitud (Peña Trevinca, el Moncalvo, el Picón, el Faeda, el Camello o el Vizcodillo). Sin embargo, la modelación glaciar, ha determinado su aspecto alomando, con lo que ante un terreno totalmente propicio para la práctica del senderismo.
La ruta que hoy proponemos tiene como objetivo ascender a la cumbre del pico Moncalvo. Para iniciar nuestra excursión ascenderemos por la carretera que, desde San Martín de Castañeda, llega hasta el parking de la Laguna de los Peces. La ruta parte hacia el nor-noroeste. Es preciso estar atento nada más salir a una primera bifurcación. El camino que sale hacia la derecha (norte), y que asciende en dirección a una cabaña, bajo la peña Cabrita, es el que sigue la ruta que lleva a la Peña Trevinca. Nosotros, en vez de tomar ése, deberemos seguir hacia el noroeste por el cauce sin agua, del arroyo de los Covadosos, durante algunos metros más. Pronto divisaremos, a nuestra izquierda, un camino que asciende al collado de la Ventosa que constituye la primera “tachuela” de la jornada y que nos coloca a 1840 metros de altitud, es decir sólo doscientos metros por debajo de la cumbre del Moncalvo, que ya se ve a lo lejos. Sin embargo, lo cierto es que antes tendremos que descender hasta el curso del rio Tera, situado a 1580 metros, perdiendo, en consecuencia, muchos metros de altura.
Por el Valle del Tera descendía la lengua glacial desde Peña Trevinca y Peña Survia, prologándose durante casi 15 kilómetros hasta llegar a donde se encuentra la localidad de Ribadelago, llegando la masa de hielo a alcanzar un espesor de más de 300 m.
Tras cruzar el rio Tera debemos mantener invariablemente nuestra dirección hacia el noroeste. Cruzaremos sobre la pista que asciende longitudinalmente por todo el valle hasta su cabecera, pista que a nosotros no nos interesa, pues nuestra ruta sigue por los senderos que, de nuevo en plano ascendente, van progresivamente girando hacia el oeste hasta alcanzar una cota más elevada (1700 metros). Desde aquí ya podremos obtener unas impresionantes vistas del circo glaciar que se sitúa bajo la cumbre del Moncalvo y del elegante lago del Lacillo -situado a sus pies, y que da nombre a uno de los más populares y numerosos clubs de montaña de la capital zamorana-.
No tendremos que llegar hasta la orilla del lago si no queremos perder altura. Desde la ascensión a la cima encontraremos el terreno más duro de la jornada. Nuestra recomendación es hacerlo entornando el lago por el sur. Habrá que ir buscando el terreno más cómodo siguiendo algunas trochas, poco definidas en algunos puntos, que ascienden tomando fuerte pendiente hacia el punto más alto, donde nos recibe el Moncalvo con un sólido vértice geodésico y un gracioso buzón de cumbre.
El descenso podemos hacerlo por el mismo itinerario de subida o bien, si lo preferimos, por la vertiente contraria del circo, siempre teniendo en cuenta que si queremos trazar este itinerario circular durante algún rato tendremos que lidiar con las incómoda escobas por un itinerario nada definido. La elección es de cada uno.
En uno u otro caso, llegados de nuevo a la base del lago, volveremos a descender por el mismo itinerario de subida para cruzar de nuevo sobre las aguas del Tera. Aquí nos empezaremos a dar cuenta de lo larga que es la jornada, puesto que nos va a tocar retomar la subida de más de doscientos cincuenta metros de desnivel para volver al collado del lago de La Ventosa. Seguramente este último tramo se nos haga interminable, pero habrá que afrontarlo pensando que desde allí arriba solo nos quedará un breve descenso por el pedregoso camino que nos devuelve a nuestro punto de partida.
Observaciones
- A pesar de ser una ruta no compleja técnicamente, es bastante exigente por su longitud.
- En caso de niebla mejor no aventurarse sin GPS. En la zona de la Laguna de Lacillo nos puede tocar andar por tramos de sendero perdidos entre las escoba
- La descripción del itinerario es meramente indicativa, siendo necesario en cualquier caso planificar adecuadamente la actividad y adaptarse siempre a las condiciones, nuestra experiencia y posibilidades.
Cómo llegar
Desde la A-52 tomaremos la salida de Puebla de Sanabria y en la misma rotonda la primera salida es la que va en dirección al lago de Sanabria. Tras pasar las localidades de El Puente y Galende, en una rotonda, giramos a la derecha hacia San Martín de Castañeda. Desde esta localidad la carretera sube durante diecisiete kilómetros de duras rampas hasta el aparcamiento de la Laguna de los Peces.
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