El Miro de Tejedo o de Vilarino es un mirador excelente para contemplar, admirar y sentir las cumbres y valles de Laciana y Alto Sil.
Laciana es una tierra excepcional para hacer rutas y las brañas son los refugios de altura para soportar los calores del verano.
Comienza la ruta en la localidad de Villager de Laciana, en el polígono industrial de la Argaixada, en la calle Solana que es la más cercana al río. En la única curva de esa calle, sale un camino que va a la pista que sigue hacia el puente sobre el río de Orallo y más tarde se cruza con otro puente sobre el río de Caboalles, para seguir unos metros por la ribera hasta encontrar a la izquierda una explanada con una fuente de agua fresca.
La pista sigue hasta llegar a un cruce donde se toma el camino de la izquierda comenzando la parte más empinada de la ascensión. En poco menos de dos kilómetros se van a subir más de trescientos metros hasta la braña del Chiburnial, cruzando un paso canadiense y una revuelta para superar el fuerte resalte rocoso que dificulta el camino directo de la ascensión.
La braña de Chiburnial está colgada sobre el abismo de la reguera de la Oxa y de ella solamente quedan en buen estado una cabaña y una cuadra, lo demás está en ruinas y la fuente en tiempo de seca no da agua.
A partir de este lugar, el camino, que iba por el valle, da un brusco giro a la izquierda y sigue subiendo, aunque con una pendiente menos pronunciada y hace un par de revueltas que superan obstáculos naturales. Desde la segunda curva se puede contemplar el valle de Laciana, las Ubiñas y las montañas de Babia y Luna. Continúa el camino para llegar a otro hermoso mirador antes que se suavice la subida en el acceso a la Braña de Buenverde, una hermosa braña, con excelentes vistas a las montañas lacianiegas, con una laguna, varias cabañas, una fuente de agua muy fría y un refugio.
Las brañas lacianiegas constituyen el mejor ejemplo de los usos ganaderos que aportan las praderías de altura en los rigores del caluroso verano, donde los pastos se mantienen verdes y jugosos hasta las lluvias del otoño. Para ello los habitantes de los valles construyeron cabañas donde atender al ganado en esos momentos, cabañas que ahora se utilizan para disfrutar del paisaje y el frescor del monte, así como para otros usos recreativos. Las brañas por las que discurre la ruta son un buen ejemplo de ello.
Hay varias posibilidades para acceder al Miro, sin embargo es de agradecer la ingente tarea emprendida por personas de la Braña para señalizar y desbrozar el camino que sube hasta la cresta por la zona del Trabanco, el más bonito, ameno y agradable, en su mayor parte entre un bosque de abedules, muy bien señalizado con hitos y sin ningún matorral que impida el paso. A pesar de ser una continua subida es muy entretenido por los distintos cambios de dirección, zigzagueando entre los abedules hasta llegar al lugar donde se ve una magnífica panorámica de la braña y de las montañas del fondo.
La cresta es el tramo final, pasa por varias suaves colladas con unas vistas cada vez más amplias de las montañas que rodean el pico, finalizando en la cumbre del Miro de Tejedo o de Vilarino.
La cumbre es un espectáculo de montañas: Las Ubiñas, las cumbres babianas, las lacianiegas del Cornón, Muxivén, Cueto Arbas, Pico del Río, Valdeiglesias, Nevadín, y más cercano, el Cueto Nidio con sus antenas. El Miro es una cumbre que agrada a los habitantes del valle, que suelen subir con asiduidad, y en ella encuentran maravillosas sensaciones que hacen que el esfuerzo realizado al ascenderla merezca la pena.
En Laciana los picos tienen nombres similares a los de otros lugares: Pico, Cueto, Peña…, aunque el de Miro es específico de la zona, y según algunos autores se debe a que estas alturas son un auténtico y maravilloso mirador sobre los valles y montañas circundantes.
El descenso se hace por el camino bien visible en dirección noroeste hacia las Cogochas, con muy fuerte desnivel ya que inicialmente fue cortafuegos en el incendio de hace años. En la collada de las Cogochas se toma una senda a la derecha para llegar a Brañarronda, donde no hay cabañas, solamente varios árboles en un círculo de piedras y alguna cerca. El camino es muy evidente en el bosque y se sigue un buen trecho hasta llegar al manantial del Oso, donde hay unos tejos pequeños. Luego continúa hasta la laguna de Buenverde.
Desde Buenverde se puede bajar por el antiguo camino de la Chouserona que va por la reguera Bichera y que actualmente está un poco perdido, es interesante bajar en invierno, pero en el verano las personas de la braña lo desaconsejan. Lo más razonable es, pues descender por el mismo camino por el que se ha subido hasta Villager de Laciana donde finaliza la ruta.
Observaciones
- Ruta de dificultad moderada, pues el desnivel es exigente. El recorrido lleva a una cumbre no muy elevada pero que cuenta con unas vistas espectaculares. Puede hacerse con un recorrido diferente a la vuelta, pero en los meses de calor es conveniente volver por el mismo camino porque el matorral ha invadido los antiguos recorridos y hay garrapatas.
- La descripción del itinerario es meramente orientativa, siendo necesario planificar debidamente la actividad en función de las condiciones del día, nuestra experiencia en montaña y nuestra forma física.
Cómo llegar
Desde la localidad de Villablino se va a Villager de Laciana, pasando en la rotonda al polígono industrial de la Argaxada, cuya calle más larga es la Solana, donde se encuentra un área excelente para aparcar y desde donde iniciar el recorrido de la ruta.