0 km
Distancia
03:00 h
Tiempo
0 m
Desnivel +
0 m
Desnivel –

Escondido entre la vegetación del límite oriental del bosque que recubre la ladera noreste de la suave sierra que separa los valles de los ríos Rubagón y Camesa, muy cerquita del límite provincial entre Palencia y Cantabria, se nos aparece el coqueto y escondido Puente Rojadillo. Este era el último puente por el que pasaban los romanos, cuando recorrían la calzada que unía Pisoraca (Herrera de Pisuerga) y el Portus Blendium (Suances), antes de coronar el alto paso del collado de Somahoz para empezar a bajar por el lado norte de las montañas de la sierra de Híjar. Más de 2000 años llevan estas piedras viendo pasar caminantes sobre el modesto río Camesa. Cuando se llega hasta ese mágico paraje no es raro que por nuestra cabeza pase algún pensamiento del tipo “¡ay! si las piedras hablaran…” al pensar en la cantidad de historias que habrá presenciado este veterano puente.

Comenzamos la ruta en una pequeña plaza en la zona este del pueblo en la que hay una original fuente adornada por una farola de cuatro lámparas. Salimos del caserío por el este y en esa dirección caminaremos perdiendo altura atravesando una zona de prados. Hay que estar muy atentos al track, el mapa y las indicaciones para ir eligiendo bien el camino a seguir en los cruces que nos iremos encontrando en esta primera parte de la ruta. En los primeros metros de caminata ignoramos una pista que sigue hacia el norte y otra hacia el sur y continuamos un kilómetro hacia el este para llegar a otro cruce. Seguimos hacia el este por la pista de la izquierda y a los pocos metros llegamos perpendiculares a otra pista más marcada. Giramos a la derecha y ahora caminamos en dirección sur. Atravesamos otra zona de prados y al entrar en un pequeño bosquete la pista vuelve a girar hacia el este. Coincidiendo con nuestro segundo kilómetro de recorrido llegamos a una bifurcación. Cualquiera de las pistas nos vale, en este caso nuestra ruta sigue la de la izquierda. Un poco más adelante, en una vaguada, las dos pistas se juntan y tras cruzar el fondo del vallejo nos encontramos con una trifurcación. Ignoramos los dos caminos de la izquierda y seguimos bajando por el valle por la pista de la derecha para llegar al cauce de un arroyo en el kilómetro 3. Cruzamos el arroyo y en decidida dirección sureste, la pista nos lleva en algo menos de 500 metros hasta el maravilloso paraje en el que se nos aparece el misterioso puente Rojadillo.

El GR1, también conocido como Sendero Histórico, nos acompañará en la segunda mitad de la ruta, desde el Puente Rojadillo hasta nuestro regreso a Salcedillo gracias a la variante alternativa de este trazado que pasa por este pueblo. Su buena señalización será un aliado perfecto para no despistarnos de nuestro recorrido.

Después de disfrutar de este mágico paraje seguimos la ruta hacia el sur. Desde el puente seguimos ahora el trazado del GR1, el Sendero Histórico, que une Ampurias en Gerona y Finisterre en La Coruña, recién entrado en Palencia. Caminamos hacia el sur por el límite del bosque por un buen camino que nos lleva hasta una bifurcación en la que giraremos bruscamente a la derecha para tomar rumbo oeste. Hasta aquí hemos caminado algo más de 4,5 kilómetros y comienza una decidida subida por buena pista que atraviesa un precioso bosque de robles y hayas. Otro kilómetro y medio de subida nos llevan a un rellano en el bosque adornado de enormes robles entre los que cuesta ver el camuflado Chozo Tonino. El GR1, también conocido como Sendero Histórico, nos acompañará en la segunda mitad de la ruta, desde el Puente Rojadillo hasta nuestro regreso a Salcedillo gracias a la variante alternativa de este trazado que pasa por este pueblo. Su buena señalización será un aliado perfecto para no despistarnos de nuestro recorrido.

Desde el Chozo Tonino, un pequeño desvío no reseñado nos puede llevar a descubrir la zona alta del bosque de Ujapero y la antigua majada con su chozo en ruinas ubicado en una zona de prados por encima del bosque con excelentes vistas del valle cántabro de Valdeolea. Dentro del bosque encontraremos enormes ejemplares de roble, acebos, hayas, etc., y si tenemos suerte y caminamos en silencio podremos sorprender a algún venado despistado sesteando por estos mágicos parajes dignos de un cuento de duendes y hadas.

Al terminar la Guerra Civil, los guerrilleros antifranquistas conocidos como Maquis tuvieron que alejarse de sus pueblos y esconderse en las montañas para no ser apresados por los “civiles”. La Cordillera Cantábrica fue testigo de como muchos de estos Maquis tuvieron que sobrevivir en condiciones durísimas escondidos en cuevas y refugios muy húmedos y fríos. El Chozo Tonino, escondido en un remoto rincón del bosque de Ujapero nos permite imaginarnos lo dura que debió ser la vida de estos guerrilleros. Basta sentarse en la diminuta estancia de este precario cobijo e imaginarnos pasar una fría noche de invierno durmiendo allí para hacernos una pequeña idea de la dureza de la vida de estos proscritos del régimen franquista.

Desde el Chozo Tonino podemos hacer una pequeña incursión bosque arriba para llegar a los restos del chozo de Ujapero y disfrutar del maravilloso bosque que atravesaremos de camino hacia allí. De una forma u otra, desde el Chozo Tonino ya solo nos queda regresar hasta Salcedillo siguiendo el trazado del GR1. Eso sí, deberemos prestar especial atención cerca del kilómetro 7 de la ruta para desviarnos hacia la derecha (noroeste) por la variante alternativa que nos llevará de vuelta al punto de partida. El antiguo camino que recorreremos de camino a Salcedillo es toda una delicia, algo resbaladizo en días de lluvia, que pone la guinda a este precioso recorrido circular por estos parajes de la Montaña Palentina. Con la mente llena de historias de romanos, guerrilleros republicanos y hasta duendes y hadas entramos de nuevo en Salcedillo con una gran sonrisa en la cara, ¡espero!¡Que la disfutéis a esgalla!

Observaciones

La visita a la Majada de Ujapero no es obligatoria pero es un complemento ideal para este recorrido circular. Incluso se puede alargar un poco más y llegar hasta la cumbre del Cotejón (1528 m.) donde se pueden ver restos de construcciones, posiblemente puestos de artillería de la Guerra Civil.

Para los senderistas que se queden con ganas de más está muy cerquita de Salcedillo la ascensión al Valdecebollas desde Brañosera que junto con la ruta propuesta puede ser un muy buen menú para un fin de semana montañero por estos parajes de la Montaña Palentina.

Cómo llegar

Salcedillo es una localidad de la provincia de Palencia, en la comarca de la Braña, perteneciente al Parque Natural de la Montaña Palentina. El único acceso desde Castilla y León es el que proporcionan los cuatro kilómetros de la pequeña y sinuosa carretera PP-2204 que conecta Salcedillo con Brañosera, el pueblo más alto del valle del Rubagón y primer ayuntamiento de España. Para llegar a Brañosera lo más rápido es usar los 18 kilómetros de la carretera P-220 que, pasando por Barruelo de Santullán, unen a este pueblo con Aguilar de Campoo a donde podemos llegar desde Santander y Palencia por la autovía A-67 y desde Burgos por la N-627. Decir también que la carretera PP-2204 nos permite acceder a Salcedillo por el collado de Somahoz desde el cántabro valle de Campoo. Esta misma ruta se puede realizar desde la localidad palentina de Valberzoso que tiene un buen acceso al puente Rojadillo.

Autor

Escrito por Vidal Rioja
Vidal Rioja es uno de los montañeros más activos y mediáticos de Castilla y León. Su página web http://aesgalla.blogspot.com.es es conocida y visitada por los aficionados a la montaña de todo el país y a través de ella, nos cuenta de forma desenfadada sus miles de aventuras. Es uno de los mejores conocedores de la Cordillera Cantábrica y, en particular, de la Montaña Palentina, trazando cada día nuevas propuestas de itinerarios a pie, esquiando, en bicicleta o escalando. Es además, colaborador de las revistas Grandes Espacios, Desnivel y Peña Torquilla aportando siempre interesantes rutas por sus queridas montañas.

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