Dos aventureros recorren el anillo alpino de Fuentes Carrionas, 53 kilómetros y 4.700 metros de desnivel positivo, en 19 horas y media
La lección: «Siempre se puede llegar más lejos»
Hace 15 días que el bombero palentino Germán de la Puente se embarcó en una épica aventura: recorrer el anillo alpino de Fuentes Carrionas, lo que supuso más de 53 kilómetros y 4.700 metros de desnivel positivo y subir las tres nortes más emblemáticas de la montaña palentina.
No estaba solo en esta hazaña, de hecho, fue José Francisco Gutiérrez Piñera, al que conoció este año escalando, quien completó su locura. “Le planteé hacer norte de Peña Prieta y Curavacas en el día, pero él dijo que también había que añadir la norte del Espiguete y salir y llegar al mismo lugar para cerrar el círculo”, cuenta de la Puente.
Así fue como ambos salieron de Vidrieros el pasado día 3 de abril, junto a otros dos compañeros que se unieron a la idea, Sergio y su primo René, aunque ellos empezaron el primer tramo –desde Vidrieros hasta el parking del Espiguete- en bici. “Luego seguimos juntos por el corredor noreste hasta el Pico Murcia donde hicimos una pequeña parada, aunque yo seguí porque hacía frío, y Sergio y René dijeron que ellos iban a ir más despacio”.
Desde ahí descendieron a la base de la cara norte de Peña Prieta para ascender su corredor central donde llegaron “un poco justos”. De Peña Prieta cumbre al collado de Ves y posteriormente, cara norte del Curavas y descenso de nuevo a Vidrieros. En el último tramo también se unieron otros amigos, Garrido y a Aurelio, a quienes el palentino agradece su apoyo en el último tramo.
19 horas y 37 minutos de experiencia positiva que ya hace que piensen en la siguiente, aunque primero tiene que recuperarse física y psicológicamente. El bombero reconoce que “estas actividades son cansadas, a mí me gusta escalar”, aunque ya tiene nuevos proyectos en mente que no quiere desvelar por si acaso no se llevan a cabo finalmente.
Cuenta que tampoco se entrenó tanto para esta aventura. Salía dos o tres veces por semana a correr por el monte hora y media. “Nos salió todo perfecto, hacía un poco de frío y viento pero fue bueno para que la nieve estuviese dura, y llevamos bien de agua y comida”.
Respecto al avituallamiento, las recomendaciones eran claras sobre beber mucha agua y parar cada hora y media, “aunque los descansos eran sólo para comer rápido y beber y quitar y poner crampones”. El palentino llevó una pizza hecha porciones, y Fran cinco sándwiches y barritas y fruta.
Como remate final de esta proeza, una bonita conclusión: “He aprendido que siempre se puede llegar más lejos, yo hace 10 años no pensaba que se podían estar tantas horas. Si estás dispuesto a sufrir, se abre un mundo de posibilidades”, asegura Germán de la Puente.