La colocación de una nueva placa homenajea a los montañeros fallecidos en 1957 cuando intentaban la primera invernal de la vía Diagonal en la pared noreste del pico palentino
Un alud arrastró la anterior chapa y la cruz que recordaban a los alpinistas el pasado invierno
El Pico Curavacas (2.520 metros), emblema de la Montaña Palentina junto al Espigüete, recuperó su corazón el pasado domingo 30 de agosto. El gigante cantábrico del Parque Natural de las Fuentes Carrionas y Fuente Cobre vivió la recolocación de una placa que recordaba a aquella histórica cordada de ‘Los faquires’, grupo que se aventuró en 1957 a realizar la primera invernal de la vía Diagonal en la pared noreste del Curavacas.
Los montañeros palentinos Luis Ángel Puertas, Paulino de la Torre y Jesús Redondo perdieron la vida en el intento el 16 de abril de ese año, como bien refleja Alejandro Díez Riol en su libro ‘Historia del montañismo palentino’. Riol, además, formaba parte de ese mítico grupo, al que se atribuye buena parte de la «época dorada» del montañismo palentino.
Pocos meses después, la sociedad homenajeaba a sus montañeros con la colocación de una cruz -confeccionada de forma íntegra en la Fábrica de Armas de Palencia- y una placa de mármol, destinados a convertirse en uno de los lugares de peregrinaje del Curavacas, así como a erigirse en su corazón durante décadas.
Sin embargo, y tras el bautismo de la elevación de la estructura, realizada el 25 de agosto de 1957 y «programados los actos de inauguración de la cruz y una misa en recuerdo de los tres desaparecidos», el epicentro del pico cantábrico se tambaleó el pasado invierno. El temporal de nieve acabó con un latido de más de medio siglo, y arrastró la cruz y la placa por la ladera de la montaña.
«Era un referente y un motivo más de orgullo, además de ser simbólico para todos los montañeros y para todos los palentinos», explica Pedro Pérez, delegado de la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo (Fdmescyl) en Palencia. Dada la simbología y en homenaje a Luis Ángel Puertas, Paulino de la Torre y Jesús Redondo, la Federación solicitó los permisos para colocar de nuevo una placa -con imposibilidad para la cruz-y recordar el empeño y su amor por la montaña de ‘los faquires’.
Fue el pasado domingo 30 de agosto, cuando por fin el Curavacas recuperó su corazón, con la colocación de una lámina de aluminio. «A los camaradas Luis A. Puertas Díez, Paulino de la Torres Vargas, Jesús Redondo Alonso. Accidente montañero. 25 de agosto de 1957, 30 de agosto de 2015».
La chapa se convertirá de nuevo en uno de los lugares de visita de la Montaña Palentina, mientras que la cruz y los restos de la placa de mármol antiguas serán donadas a la localidad de Vidrieros, quien pretende realizar su particular homenaje con las estructura de mediados del siglo pasado.
«Son historia de nuestras montañas. Su recuerdo nos sirve para mantener esa inquietud por elevar nuestras cumbres», concluye Pedro Pérez.
Galería de fotos de la colocación de la placa en el Pico Curavacas (fclm.com)
Una cruz y una placa en la pared noreste de Curavacas (Blog Tente Lagunilla)
Un alud acaba con el refugio del CM Espigüete en la Montaña Palentina (fclm.com)